Colabora para fomentar la cohesión social mediante la sensibilización sobre la tuberculosis.
Los individuos con tuberculosis se ven abocados a una desconexión de la sociedad que les rodea. Se convierten en los enfermos invisibles, porque nadie habla de ellos, nadie los tiene en cuenta, se los destierra y aísla a todos los niveles. Esta ruptura con la sociedad que les rodea impondrá sobre los enfermos un peso extra que tendrá graves consecuencias sobre su salud mental.
Una campaña de
1533
Beneficiarios directos
Aquellas personas que de forma natural han sido beneficiadas por las acciones desarrolladas en la campaña.
22.000
Beneficiarios indirectos
Aquellas personas identificables que reciben un efecto potencial de las acciones desarrolladas en la campaña.
La tuberculosis es una enfermedad que hoy en día todavía afecta a más de 10 millones de personas cada año, y mata 1 millón y medio. Aunque no se habla de ello y la gente de la calle cree que ha desaparecido, en Cataluña hay aproximadamente 800 casos nuevos de tuberculosis cada año, concentrados mayoritariamente en las grandes metrópolis y afectando sobre todo a las bolsas de población más desfavorecidas. Influenciada por la malnutrición y unas peores condiciones de vida, esta enfermedad siempre se ha visto asociada a la pobreza, lo que, junto con su alta potencialidad de transmisión, ha contribuido al estigma. Porque es verdad que aunque cualquier persona puede infectarse en cualquier momento, a peores condiciones socioeconómicas que vivan las personas, más posibilidades tendrán de sufrir tuberculosis. Ésta es una enfermedad que suele coincidir en poblaciones socioeconómicamente desfavorecidas y vulnerables, que viven en peores condiciones (barrios de renta más baja, con mayores tasas de polución), y los pacientes a menudo sufren unas consecuencias económicas brutales, ya sea por la incapacidad a la que se ven sometidos, como por la discriminación que sufren.
Al ser una enfermedad infecciosa que se transmite por el aire y que implica meses de aislamiento impuesto por las medidas de salud pública, que prioriza evitar los contagios, los individuos con tuberculosis se ven abocados a una desconexión de la sociedad que les rodea. Sus condiciones sociales no ayudan. Al afectar a poblaciones vulnerables, el estigma al que se ven sometidos es aún mayor. Se convierten en los enfermos invisibles, porque nadie habla de ellos, nadie los tiene en cuenta, se los destierra y aísla a todos los niveles. Esta ruptura con la sociedad que les rodea impondrá sobre los enfermos un peso extra que tendrá graves consecuencias sobre su salud mental.
En el tapiz de nuestra sociedad, los hilos de estigma y desinformación pueden tejer divisiones que nos afectan a todos. Por eso la tuberculosis no es sólo un problema de salud; es un reto social. Ante esta situación, desde el Institut Germans Trias i Pujol imaginan una comunidad donde la tuberculosis se aborda desde la comprensión y no el miedo, y donde todos los individuos pueden contar con una red de apoyo independientemente de estar o haber estado enfermos de tuberculosis.
Amics de Can Ruti (web de la entidad)
Personas con tuberculosis.