Colabora para dar una vía de participación ciudadana y cultural a los niños y niñas más vulnerables de Cataluña.
Los niños de clase alta tienden a reforzar la educación con actividades deportivas, musicales o artísticas, mientras que las familias con rentas más bajas recurren a recursos externos como la televisión o los videojuegos, lo que afecta de forma directa a su desarrollo.
Una campaña de
35.000
Beneficiarios directos
Aquellas personas que de forma natural han sido beneficiadas por las acciones desarrolladas en la campaña.
70.000
Beneficiarios indirectos
Aquellas personas identificables que reciben un efecto potencial de las acciones desarrolladas en la campaña.
Las oportunidades educativas a las que tiene acceso un niño o joven tienen un impacto directo en su trayectoria vital. Una de las principales fuentes de riesgo son las desigualdades educativas que desembocan en fracaso escolar o abandono prematuro. Estas situaciones están directamente asociadas a las condiciones de incorporación al mundo laboral, al riesgo de pobreza cronificada, a la intensidad de las prácticas de ocio o culturales, a la participación política y social o al estado de salud general.
Esta realidad educativa se sitúa en un marco general que es también preocupante: en Cataluña un 25% de los hogares con hijos están en riesgo de pobreza. Y el 80% de los niños y niñas que viven en situación de pobreza serán adultos pobres.
Estos son indicadores que deben ponernos en alerta respecto a los derechos a una infancia y adolescencia dignos, que se ven vulnerados, entre otros, por las desigualdades en el ámbito educativo y su función generadora de oportunidades.
Por eso es más necesario que nunca empezar a revertir estas situaciones desde una aportación articulada y coordinada de todos los agentes educativos y sociales de nuestro país, que trabajen en la misma línea para generar oportunidades educativas.
Para dar respuesta a esta situación Òmnium Cultural impulsa el proyecto Sambori de creaciones culturales con el fin de interpelar al conjunto de niños y jóvenes del país, especialmente entre los que se encuentran en situación de mayor vulnerabilidad, incidiendo en centros escolares con mayor complejidad y en contextos más desfavorecidos, para fomentar la creatividad, la mirada crítica, la pertenencia colectiva y ofrecer oportunidades educativas haciendo posible obras culturales en catalán creadas colectivamente.
Se ha demostrado que los niños y jóvenes que participan en actividades culturales y programas de arte aumentan en habilidades cognitivas, mejoran en rendimiento académico, e incrementan los vínculos comunitarios y de participación.
Se trata de que el alumnado encuentre un canal para expresar su voz, creando sinergias entre los distintos miembros de la comunidad educativa, pero también con otras entidades de su entorno para crear tejido cultural de base.
Las actividades se basan en la participación en los diferentes artes y cultura en forma de talleres como:
Los niños, jóvenes y la comunidad educativa que participen activamente en el proyecto a largo plazo, a fin de acumular impacto, aprendizajes y crecer en alcance.